trato de juntar partes, las mías
no puedo, se me disuelven en las manos
están muy pisadas, rotas, se hacen polvo
trato y no puedo
la que alcanzo a arrimar me la vuelven a arrancar y la parten contra el piso
las pocas que quedan apenas alcanzan para ser el destrozo que soy
y con esas pocas, destrozado, trato y trato de juntar lo que queda esparcido
es que estoy siempre del otro lado de la frontera siendo el extranjero
el que llega tarde, poco a poco un manojo, harapos de un manojo olvidable
el de atrás de la línea, el partido, el destrozo
de esos seres transparentes a los que nadie se detiene a ver
(pero quién querrá ver un despojo destrozado, uno partido
de esos seres que a pesar de que tratan, no pueden juntarse
y existen en la misma inexistencia y nunca se llegan a juntar
y ser qué, como y quiénes son)

escribo con un pedazo de mi mano
mano incompleta que no alcanza para aferrarse a la cola de otro destino
ni al madero que flota a la deriva cerca de los pedazos esparcidos
y en el pedazo de mano hay otro pedazo de alma que la agita
la agita para que trate como trato yo de juntar
juntar lo que sea, polvo, jirones, lonjas, arena, lágrimas, sangre
lo que pueda y sea, algo, algo…
para cuando pase frente a un vidrio me refleje y al verme sienta y crea
que aún estoy, que soy y que lo que trato no es en vano
porque por lo menos yo me sé…
aunque el horror me descomponga y me parte más