Nada me apasiona ya.
Es un poema de dos semicirculos llanos...
y eso no es nada.
Nada me sirve, nada me apasiona redundantemente.
Pero poseo una vistosa herida en la frente
y dos terribles signos en los cabellos.
Nunca podràs verlos.
Yo tampoco.
Pero estoy bien.
aunque no hay forma de expresarlo,
estoy bien, lo he dicho ya, y tengo miedo
o tal vez el miedo me tiene a mì.

Lo que me resta es un manojo raìdo, un hato de una invàlida esperanza.
He perdido toda esperanza,
pero la esperanza si se ha apoderado de mì.
¿por què no tener miedo?
yo siento en este instante, como tù,
esa astilla que arde como un aro
incrustado en nuestra frente de yeso.
No somos yeso, lo sè.
No somos yeso pero nuestra piel es màs fragil que nuestra piel.
Y el yeso tiene aùn màs peso.

Còmo no alegrarme entonces.
puedo decir como apolonio de Tiana:
"La tierra entera es mìa, me ha sido dada para viajar"
y es cierto, puedo ir a donde quiera.
Solo que el primero que me vea tendrà potestad de aniquilarme.

¿Es que hice algo malo?
¿o serà que lo malo me hizo a mì?