estallo mi puño contra la boca del mundo
quiero que hable
que hable del hambre y la miseria
del hombre que hable, de la indiferencia
quiero escuchar su voz, que grite, que se grite
quiero rajarle la mudez de su cómplice silencio
que rujan sus entrañas
que vomite ese dolor que descompone
que se quite el antifaz y esa sonrisa estúpida con que tapa el horror

nada está bien
hay hambre, hambre, chicos con hambre
nada esta bien
nos cuentan mentiras, nos venden mentiras, por quilos, por metros, por océanos
todo está mal, muy mal
pueblos enteros sometidos a la más vergonzosa miseria humana
y te venden y te cuentan vacaciones en cancún, en tailandia
en lugares exóticos y esconden los chicos hambreados
y te venden modelos de éxito para seguir
los diarios, las revistas y el gran atontador, tu tv seiscientas pulgadas

estallo mi puño contra la boca de este puto mundo, al reverendo pedo
me sangro y no alcanza
intento con piedras, no… con rocas, intento hacerle una fisura
para que hable, que hable con su voz de verdad
que hable de las guerras…
hoy, las del dosmildoce
de las guerras por codicia, guerras por poder
que hable… matan inocentes y mienten, mienten
y te embaucan con justificativos altruistas… son mentiras
nos mienten, te mienten

-sabes algo, lo peor y me doy cuenta:
que si rompo su bocaza de impúdico silencio, la boca de este puto mundo
si le hago el tajo y por fin vomita la verdad, la verdadera verdad, la cruda…
ustedes, los ustedes… vos y vos y vos… todos… no le creerían
es más fácil no ver, no ver miseria ni niños con hambre ni guerras
ni pueblos sometidos ni la muerte de inocentes
mejor es pensar en las próximas vacaciones, soñar con lugares fantásticos
con el último modelo de algún sofisticado auto
o en unas hermosas tetas o culo, o en el bulto de el cholulo profe del gimnasio
como te lo venden por televisión y no hacerte cargo para cambiar algo
que ese algo sea un distinto, aunque más no sea un poquitito distinto
que no le haga falta balas para imponer nada ni a nadie
es que no tienes ni tienen huevos para pensar en los otros
los mal aventurados, los miserables, los eternos nadies
la verdad del mundo duele, retuerce las entrañas, demuele el alma
y vos y vos y los demás son unos cagones, enormes cagones
tienen miedo y los gobierna la mierda del este nefasto sistema al que se someten

estallo mi puño en vano, también me doy cuenta, pero no puedo parar