El grillo como la madera canta
eleva el eco de las horas
en ritual de máscaras.

Alada la vida a ratos pasa...

Llamarada de los vientos
es la voz de las gaviotas,
vuelta hacia la furia del plumaje
y la escarcha de los pájaros.

Vorágine de las horas, nada cambia...

El poeta pulsa el laberinto
que se teje en la raíz del universo.

Canta, mariposa, es la hora de la venganza.

Un puñal sin alas grita la distancia
se muere un poco con los ojos abiertos
y se eleva plástico,
ya se fue el invierno.

La oruga en hojarasca crece
mientras el almendro plateado
proa hacia los vientos
mira con ojos grandes
sin temores , algo locos
para contarte lo indecible
que sólo sabe el silencio.

Asedia el tic tac de las horas
clavan puñales en el barco que se arrastra.

El grillo canta y te miro silenciosa
bajo todos los árboles,
única en tu palabra
en la madera que pronuncia tu boca...

Te lo advierto, no seré fantasma.

FATAMORGANA
Patricia Lara Arriagada






Texto publicado el 15-12-2005 en: www.loscuentos.net