Un espasmo sereno niega la estatura
la gótica aguja no coquetea con el firmamento
gime callada el hambre de cielo,
águila sin plumas devora la tarde
místicos arreboles encienden aureola de cónsul
y dejan caer un verso en la claraboya...
dejémoslo allí hasta que despierte pálido
y a la medianoche tenga conciencia
que no es fértil su paraíso,
cuando la hiedra se prende de la soledad.