Enamorado y loco
me interno en medio de la noche-
(su barullo es mi paranoia,
sus voces mis nuevas heridas)
pero sè de esa escalinata de los sentidos
de la fuerza contagiante de sentirse poseso,
sin deseo de exorcizo,
sòlo ìmpetu salvaje de mì.
Si al menos hubiera algùn modo
de girar las cosas
de escribir la historia
que los hombres justos avisoran.
Sentado en escalones frìos observo
orgìas perpetuas y reiterativas,
acogiendo en su seno
vàndalos ebrios
y fàciles mujeres.
La mùsica con su efecto enajenador me seduce,
la danza con una mujer cuyo nombre desconosco
me alegra
Y asì deambulo en la urbe,
en medio de desprotegidos.
Mujeres de dudosa piadosidad pretenden
venderme estampitas de virgencitas
-...y a cuànto està Dios-les he preguntado
y encolerizadas me han oprobiado.
Màs allà la camorra empieza tras una larga fila
de automòviles
todos consumen y rìen con una purulencia cavernaria.
Camino solitario entre ellos y algunos me confunden
-no tengo sueño-
Podrìa caminar asì toda la noche
hasta el amanecer.
Hay calles negras con putas baratas y travestis.
Hay tambièn calles de muy marcada reputaciòn:
allì se vende coca.
Mis amigos estàn sentados al pie de una iglesia
en gradas sucias,
bebiendo licores baratos,
elucubrando magnìficos discursos.
En la plaza principal,un grupo de niños que
ignoran el mañana
pasan su trapo hùmedo a los vehìculos
que esperan la luz verde el semàforo.
La iglesia que acoge todo es imponente y absurda.
Mi religiòn no tiene legionarios.
Recuerdo siempre el mar
recuerdo otros amaneceres.
Nefasta la noche
hace infames a los congregados.
¿Me salvo yo de todo esto escribiendo?.
Botellas estrelladaas por bestializados ebrios
hacen grotescas las horas.
Camino sin cesar,esperando no sè què
.sè que no quiero dormir-
sè que acabarè fumando otro cigarrillo en alguna banca
...Y LA NOCHE TRANSCURRE.