EL OBJETIVO

DIOS no usa intermediarios;
DIOS no escribe libros;
DIOS no te necesita.
Tú necesitas a DIOS y ÉL está para escucharte.
Aprende a escucharte Tú y ÉL te estará oyendo.

Yo estoy seguro de que DIOS no me eligió.
También tengo la certeza de que no tiene preferencia por mi ciudad o mi país.
Todos le son iguales. Todos son hechura suya y, por lo tanto, carecen todos de algún mérito que los haga “preferenciales”.
Sé que juzgar como válidas cualesquiera de esas alternativas sólo sería una muestra de mi falta de humildad o de mi perdida de sentido de la realidad.
Qué decir si eso fuera moneda corriente en mi sociedad.
DIOS no quiere a ningún humano por encima de algún otro. No tiene preferidos, no pone a ninguno por sobre el resto.
ÉL es sensato, no se alimenta de nuestra vanidad; no sufre nuestra estupidez.
Ojalá algún día queramos dejar que nos convenza de nuestra pequeñez y empecemos a comprender que somos iguales tanto en nuestra inteligencia como en nuestras miserias.
Si Tú, Ella, Él, Ellos, Nosotros, pensamos que esto es así, hagamos todo lo necesario para lograr que sea moneda corriente en toda la Tierra.

Daniel Adrián Madeiro

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