es difícil ver y creer lo que queda cuando se disipa la niebla
ver todos esos pedazos esparcidos
pisoteados algunos, enterrados en el fango otros
y otros y otros más hechos polvo o añico, como lo decía

es difícil, difícil y duro…
y no preguntas un por qué, porque eso ya la sabes
y tragas saliva, saliva que te entra como un alambre de púas por la garganta

como un manojo de filosas espinas que te sangran ahogándote
y te ahogas, te ahogas con tu saliva
se te retuercen las entrañas

un coagulo, un nudo se te hace en la traquea, te asfixia, todo se te nubla
te descompone saberte y verte destrozado
y tus parte esparcidas por ahí

es difícil, duro y muy difícil…
y no preguntas cuándo sucedió, lo sabes también
fue desde siempre, por ese estar fuera de las líneas

fuera de los mandatos, en la vereda de ajena, la de los enajenados
de los que no responden a un deber ser, los desalineados, los nadie
los golpeados por pájaros y utopías

y ahí te quedas casi inmóvil, dudando del y los sentidos
no te atreves a soltar una palabra, sabes que el grito escapará
sólo atinas a sostenerte parado
quizás con la fantástica esperanza de que todo sea un mal sueño y despiertes

pero en el fondo más profundo, en las honduras sabes que no sucederá
que atinas a sostenerte parado por tu más duro instinto bestial
esa noble madera, tu natural resistencia a la quebradura del mundo
al que nunca entregarás tu trinchera, por tu alma de lobo

es difícil… sí, muy difícil
…muy difícil
difícil… sí, sí, sí
no por eso voy a arrepentirme de seguir siendo que, como y quién soy