en este momento en el que el peso del mundo me agobia
donde los pájaros se han mudado a ramas más altas
y de allá a lo lejos, quietos, en silencio me miran
donde me ha arrancado las ganas
la caprichosa insolencia de mi luna morena, mi cachorra
tanto habré fallado que entiende nada de nada
(me mordió con marcada ferocidad
como si fuera yo el invasor extranjero, el enemigo
y no el lobo que protege la manada)

en este momento en que se me ha hecho la vida un desierto
donde no estás y la ausencia se clavó en mi cueva como un hierro candente
que la arde y en ella solo ardo
los perros me lamen y no alcanza
no pueden secar la humedad de mis ojos ni aplacar el ardor de mis entrañas
la bruta rasga mi espalda, quiere otra vez hacer la rajadura
para entrar y prenderse de las costillas y devorarme
llevarme así al olvido, esa laguna que está más allá de la nada
donde tantos quieren verme flotar

en este momento, el más puto de la creación
en el que el sol se ha aflojado y el monte triste palidece
veo y siento la fragilidad de mi hombre
hombre que cae y con la sangre de sus rodillas
apenas escribe un epitafio sin signos
ni fuerza tiene ya para arrastrarse hasta las telas
y como una madera en la soledad de los océanos, aferrarse y pintar y pintar
pintar desde el grito desesperado, para salvarse

-siento que así soy el fraude de mis utopías y no sé como seguir-

en este momento…
en este, donde el espejo de la vida me reflejaba otras cosas y las creía
sin poder siquiera suponer su inconsistencia
que sólo eran espejismos y todo sucedía en la otra parte del mundo
donde yo no estaba

… en este momento, te decía, sé que la quebradura está cerca, cerca
ya se puedo oler…