Es angustia delhombre,
flor que impera
con pétalos de niebla y viva llama.
Dulce dolor nostálgico que inflama
la vida sustancial en gran hoguera.

Que venga el amor feliz o grave,
danzando un fuego de rubí o topacio.
Llegue vistiendo el terrenal espacio,
la espina dolorosa, plena y suave.

Si a tus costados llega esa luz de oro
y avanza como heraldo a tus umbrales,
¡no niegues infeliz su pulso exacto!

¡Oíd su canto de metal sonoro!
¡Oid su voz al viento!
¡Los cristales
del alma estallen con su fino tacto!

Ernesto R. del Valle.