Gigantescas presiones encierra el motor de direcciòn
los 4 èmbolos se balancean sincronizados
para mover al timòn de varias toneladas
potencia, mucha potencia hasta el extremo
corroìda contra la marejada infernal.

Con sonido rìtmico las vàlvulas dirigen el aceite
efectuando sabias distribuciones
aquel cruce de tràfico desata empujes elevados
y la energìa hidràulica encierra al monstruo rezongòn
que clama, patalea y se retuerce pidiendo libertad
cuanto màs fuerte lo empujan los èmbolos
tanto mayor es su airado grito de independencia
superando al bramido del mar.

Tuberìas y acoplamientos deben de estar bien sellados
para evitar la fuga del genio ceñudo
que en su ìmpetu arrastra al buque sobre las olas
en busca del feliz derrotero.

¡Patètica paradoja explosiva en su impàvida plenitud;
que me obliga a expresar el ritmo de la libertad!